Nuestra historia es el cruce de tres caminos que encontraron un propósito común: visibilizar la diversidad como fuente de valor en las organizaciones. Todo comenzó de manera inesperada. Angélica, administradora de empresas, tuvo un encuentro que cambió su perspectiva: se topó con la realidad de la discapacidad y se preguntó el papel que jugaba la gestión humana en la inclusión laboral. En la búsqueda de respuestas, conoció a Diana y Eliana, cuyas historias también giraban en torno a la inclusión y el propósito compartido. Diana dedicó su vida a apoyar comunidades vulnerables, trabajando con cuidadores, personas en contextos de vulnerabilidad y personas con discapacidad. Por su parte, Eliana, hermana de Felipe, un joven con Síndrome de Down, encontró su propósito en la inclusión a través de experiencias en el Reino Unido y un Máster en Inclusión Social y Discapacidad. Fue ese cruce de caminos, de experiencias y aprendizajes, lo que las unió con un objetivo claro: romper barreras, abrir puertas y transformar el potencial humano en organizaciones y personas. Hoy, somos el resultado de esta unión de propósito. Trabajamos para crear espacios inclusivos, oportunidades y soluciones que promuevan un futuro más equitativo, donde la diversidad sea siempre una fuente de crecimiento y transformación.